martes, 4 de noviembre de 2014

Todos somos diferentes


      Aunque suena a frase que nos repiten una y otra vez los mayores que nos rodean, debemos tratar de entenderla y reflexionar sobre ella de vez en cuando y en diversas situaciones cotidianas. 
      
      Ninguno de los que estamos en esta clase somos iguales: hay rubios, morenos, altos, bajos, gorditos, más delgados, con las manos grandes, piernas fuertes... En fin, cada uno somos de una manera, y en eso precisamente, está lo divertido de las personas. 

      Algunos se enfadan o les molesta cuando hablan los compañero, y a otros les encanta comentar las cosas de la clase. A unos os encanta la Educación Física y otros preferís quedaros con las Mates.

      Por esto siempre planteamos en clase distintas actividades de diferentes temas para que siempre podamos agradar y divertir a todos nuestros compañeros.

      ¡Qué aburrida sería nuestra clase si todos fuéramos iguales! No podríamos aprender nada de los demás, ni podríamos preguntarles a qué les gusta jugar, cuál es su color favorito o qué les apetecería comer hoy: porque si todos fuéramos iguales tendríamos los mismos gustos, aficiones, amigos, etc.

      Tenemos que aprender a valorar a los demás tal y como son, no intentar cambiarlos, ni hacerlos a nuestro gusto. Hay que divertirse con lo que nos hace distintos, saber qué sabemos hacer bien y que debemos mejorar, para poder crear un gran grupo de trabajo en nuestra clase.